Comer en Marruecos puede implicar tener algunas consideraciones. Si habéis estado en Marruecos cierto tiempo y sois un poco observadores posiblemente os habrán sorprendido 3 cuestiones al que aquí intentaré explicar. Vayamos por puntos: 

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#No se come en la calle

¿Es correcto comer en Marruecos por la calle? A ver, sí se come en la calle, muchas veces de pie delante de los puestos de pastas y batidos, pero lo que raramente veréis será a un/a marroquí disfrutando de su merienda, bocadillo, refresco, etc. mientras pasea entre la gente. Si veis a alguien comiendo en su puesto de trabajo (en medio de la calle o del zoco), posiblemente se haya apartado a un rincón o esté cara a la pared, dando la espalda a la gente.

El motivo de esta manera de hacer se basa en la consideración hacia los pobres tan presente en la cultura marroquí; como sabéis, desgraciadamente, en Marruecos (como en tantos otros sitios) no todo el mundo tiene asegurado diariamente algo que llevarse al estómago. Con tal de no provocar envidia o sentimiento de inferioridad a los necesitados que la gente no come en las calles.

#Último trozo, no es la vergüenza, es la baraka

En España se dice siempre que el último trozo o porción de comida es el de la vergüenza, y que, estando engrupo, uno debe abstenerse de apropiarse de él para no parecer un hambriento necesitado o simplemente un glotón. En Marruecos es totalmente diferente, se considera que en esa última porción de comida está la baraka, la “suerte”, la “bendición”, el mordisco o cucharada más sabroso de todo el plato, y normalmente es el anfitrión quien anima al invitado a comerse la baraka para mostrar su hospitalidad. 

#El pan no se tira

Si habéis estado como invitados en una casa marroquí sin duda os habréis percatado de que el pan que sobra en la comida o el pan duro no se tiran a la basura junto a los demás desperdicios; todo al contrario se le da un trato muy especial besándolo antes de retirarlo de la mesa y guardándolo en una bolsa limpia aparte, para luego darlo a los necesitados o para convertirlo en comida para las gallinas, etc. En conclusión, el pan jamás se tira porque se considera el alimento más básico para sobrevivir y por ello casi “sagrado” de alguna manera.

Espero que os resulten útiles estas informaciones para una mayor adaptación a la vida marroquí y a sus costumbres. Si conocéis alguna otra costumbre o consideración de este tipo os animo a compartirla con nosotros comentando este post.

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